Embarazos en adolescentes ¿Por qué trabajar en su prevención?
Del 21 al 25 de septiembre se conmemora la Semana Andina de Prevención del Embarazo en la infancia y la adolescencia, una oportunidad para analizar el contexto nacional y emprender acciones que permitan disminuir la tasa de embarazos tempranos y no deseados. La Secretaría de Salud Departamental hizo un balance sobre esta situación frente a la realidad que vive el Huila.
El área de Salud Pública de la Secretaría de Salud del Huila, ofrece una reseña sobre lo que ocurre en torno al embarazo adolescente que se presenta en el territorio, señalando en primera medidad que el embarazo en la adolescencia se ha explicado como un problema de salud, socioeconómico y demográfico, que tiene gran impacto en el desarrollo del país; además de presentar consecuencias negativas en el plano biológico, trae consigo graves riesgos que ponen en desequilibrio el bienestar integral y las expectativas de vida de adolescentes.
Según el análisis que hace la entidad, entre las consecuencias se identifican la deserción y/o discriminación en los contextos educativos y sociales; es así como entre el 20 y 45% de adolescentes que dejan de asistir a la escuela, lo hacen por causa relacionadas con la paternidad o maternidad (según Encuesta Nacional de Deserción Escolar del Ministerio de Educación Nacional, 2011); así mismo está relacionado con la vinculación temprana al mercado laboral; mayores probabilidades de ingresar a cadenas productivas de subempleo u otras formas inestables de relación laboral; tensiones familiares y emocionales, reconfiguración o desviación en los proyectos de vida.
Igualmente, la pobreza influye en la probabilidad que tienen las jóvenes de quedar embarazadas, y si es así, entran en un círculo vicioso, ya que los embarazos tempranos y no deseados, en ausencia de redes sociales de apoyo, dificultan las oportunidades de desarrollo personal y el fortalecimiento de capacidades e inciden de forma negativa en la conformación de hogares entre parejas sin suficiente autonomía e independencia económica para asumir la responsabilidad que de ella se deriva.
¿Por qué puede ocurrir el embarazo en adolescentes?
Algunas de las situaciones relacionadas con el embarazo en la adolescencia son:
- Abuso, violación o explotación sexual.
- Inequidades en educación con mayor nivel de desescolarización (ENDS, 2010).
- Mayores niveles de pobreza, condición de desplazamiento o situaciones de conflicto.
- Inicio temprano de las relaciones sexuales.
- Influencia de los medios de comunicación.
- Decisión voluntaria y consciente de quedar en embarazo o relaciones desprotegidas.
Situación actual del embarazo adolescente en el Huila
De acuerdo a un exámen sobre la situación real del embarazo adolescente en el territorio huilense, según Diana Constanza Rivera Moya, Enfermera, Especialista en Desarrollo Humano y Educación Sexual, Magíster en Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría de Salud Departamental del Huila, el Departamento ha tenido un descenso significativo en la Tasa Específica de Fecundidad (TEF) al pasar de una Tasa Específica de Fecundidad Adolescente de 99,38 nacidos vivos por cada mil mujeres de 15 a 19 años en el año 2005, a una TEF de 64,3 nacidos vivos en el mismo rango; es decir, una reducción del 27%, lo que significa 1.328 nacidos vivos menos en esta población.
Respecto a las adolescentes de 10 a 14 años, la reducción es del 25%, al pasar de una TEF de 3,4 a 2,66 nacidos vivos por cada mil mujeres, lo que significa 45 nacidos vivos menos.
El comportamiento adolescente en el año 2019 en el Departamento del Huila reflejó que de los 3.513 nacidos vivos de mujeres de 15 a 19 años, el 9% son de mujeres de 15 años; el 15% mujeres de 16 años; 22% 17 años; 25% 18 años y el 29% mujeres de 19 años. Si bien es cierto que en la medida que aumenta la edad, aumentan los nacimientos, se hace necesario prestar atención a los embarazos subsiguientes que representan un 17% de los mismos.
Así mismo, según el estudio consolidado que hace la mencionada funcionaria de la Secretaría de Salud Departamental, el mayor porcentaje de adolescentes se sitúa en los niveles de educación básica secundaria con un 49%; media académica, 35%; básica primaria 13% y educación técnica o profesional 3%.
Respecto a la Seguridad social, el 8,9% pertenece al Régimen contributivo; 1,4% Regímenes especiales y excepcionales, 2% sin aseguramiento y el 87,6% Régimen subsidiado, lo que evidencia que los embarazos se dan en la población más pobre, ya que el Régimen Subsidiado es el mecanismo mediante el cual esta población, sin capacidad de pago, tiene acceso a los servicios de salud a través de un subsidio que ofrece el Estado.
En cuanto al ámbito territorial, el 52,6% viven en cabecera municipal; 14,6% en el centro poblado y el 32,8% en el área rural dispersa.
En lo relacionado con la edad del padre, el 27% de los nacimientos se da entre pares; el 47,1% el padre es 5 años mayor y el 25,8% el padres es 10 años mayor con respecto a la edad de la madre.
El 1,5% de los nacimientos son de mujeres indígenas y afrocolombianas.
Tanto la educación, el lugar de residencia, como la edad del padre reflejan la asimetría de poder, desfavorable para la mujer, lo que se interpreta como la poca capacidad para negociar en pareja temas de sexualidad, toma de decisiones y proyectos de vida, impactando negativamente la vida reproductiva y limitando las posibilidades laborales.
Ya que los niños, niñas y adolescentes no están aislados en sus relaciones, es necesario tener en cuenta los entornos en los que se desarrollan. De esta manera los entornos hogar, educativo, comunitario, laboral y de salud, se deben convertir en escenarios protectores y protegidos que garanticen sus derechos y actúen frente a situaciones de riesgo o vulneración.
Visto de esta manera, las acciones desarrolladas desde la Salud Pública como un compromiso colectivo, impone el reto de dar respuesta a los determinantes sociales del embarazo adolescente, a fortalecer la acción intersectorial para la garantía de sus derechos sexuales y reproductivos, a la atención primaria en salud, incluida la salud sexual y reproductiva que tiene que ver con los apoyos a la construcción y fortalecimiento de la propia identidad, la toma de decisiones, el desarrollo de la autonomía, además de eliminar las barreras de acceso a métodos anticonceptivos y el tratamiento de las Infecciones de Transmisión Sexual.
Fecha de publicación 22/09/2020
Última modificación 22/09/2020